viernes, 22 de julio de 2011

EL DISTRITO FEDERAL, VISTO POR SOUTHWORTH EN 1903...

Sale al público de nuestras prensas y talleres de encuadernación, la segunda edición del tomo DISTRITO FEDERAL, cuya primera sucedió en el lejano 1903...
La portada original diseñada por el movido publicista norteamericano J. R. Southworth, es de técnica llamada "cartonée", es decir "encartonada" ya que el forro impreso se pegaba a los cartones comprimidos, adquiriendo su forma, volumen y resistencia. Su apariencia es la siguiente:
El tono azul podría ser engañoso dado el acentuado nacionalismo con que hoy juzgamos al diseño del siglo XIX, pero de que era hermoso no cabría la menor duda. Además este forro hecho de una tela ahulada, seguramente de fabricación inglesa, daba un excelente contraste al grabado impreso en oro, que en nuestro lenguaje especializado se llama "dorado a fuego" o "hot stamping"...

La técnica consiste en imprimirle, mediante mucho calor y mucha presión, una capa de latón finamente molido y pulimentado, de modo que parece oro real. El libro original no ha perdido su brillantez, al contrario, el tiempo le puso una solera de gran elocuencia.

La pasta dura de este volumen cumplió su cometido: preservar las páginas que conforman el libro. El original solo tiene desprendido y rasgado el lomo, de media caña o redondo. Eso nos permitió observar cómo trabajaban la encuadernación en Inglaterra a fines del siglo XIX, pues usaban papel ya usado, de desperdicio, para hacer una suerte de "cartulina", ligeramente gruesa, un "sandwich" a base de adhesivos vegetales o "colas"... Así es que aquellos encuadernadores ya economizaban y sobre todo ¡reciclaban el papel de otras impresiones!

La solución tipográfica semicircular, la composición en tres niveles de los elementos gráficos y tipográficos, así como la elección de los colores, son clásicos recursos de la imprenta decimonónica. Lo único que la hace mexicana es la viñeta del águila liberal con las alas abiertas y vista de frente.

La tipografía del autor, colocada abajo a la derecha, también lo es y mantiene unos leves acentos art nouveau. En el lomo no aparece ningún elemento gráfico y tampoco en la contraportada. Las guardas eran un grabado con hojas de acanto que le dan primor neoclásico y algo de buena temperatura al libro.

Esta portada obedece al diseño general que empleó Southworth para todos los tomos que hizo para don Porfiro Díaz, pues recorrió varios estados de la República desarrollando este concepto publicitario y propagandístico.

El editor, Carlos Sánchez Silva, me dijo que en las ediciones originales los libros llevaban "camisa", que es ese pliego de papel que abraza al volumen y lo "viste", dándole una apariencia bibliográficamente elegante y llena de carácter. Dejó en mis manos resolver cómo iría y el resultado fue esta bella "camisa" impresa con los colores de la bandera mexicana levemente deslavados, intentando hacer que el tiempo agregara su pátina a esta segunda edición facsimilar. El resultado puede verse enseguida:


Hicimos uso del "dorado a fuego" y con la tecnología a nuestro alcance calcamos el "grabado" o "cliché" y lo colocamos de manera similar a la portada en cartoné. El orden de los colores de la bandera son los mismos que se usaron en la edición del tomo Oaxaca y Puebla que también hizo Southworth. Abajo se ve una borla roja, pero ese detalle sólo apareció en 5 ejemplares... fue una "cursilería" de mi parte para unos cuantos ejemplares, pero sin duda le da el toque que le faltaba para ser completamente afrancesada, porfiriana, del siglo XIX! La borla remata el listón separador que es muy útil, y que está hecha con un listón de tafetán del mismo color verde que ocupa la franja inferior de la "camisa".
La "camisa" se imprimió en un primoroso papel norteamericano llamado "Domtar", que contiene un porcentaje de fibras recicladas. Lo distribuye en México la Casa Pochteca.
Otro ángulo del nuevo libro, al que nosotros sí agregamos tipografía en el lomo es la siguiente:

Las "camisas" de las segundas ediciones facsimilares que se hicieron de otros estados podemos conocerlas en esta foto:
Que el lector juzgue si en Carteles Editores lo hicimos mejor...

He aquí un par de páginas de libro original, que nos ofrecen de inmediato un glamoroso"aire de época"


Esta nueva edición del tomo DISTRITO FEDERAL se debe al entuasiasmo de dos instituciones académicas que de esta manera siguen participando de los festejos bibliográficos por el Bicentenario de la Independencia nacional y el Centenario de la Revolución mexicana: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco y Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, a través del Instituto de Investigaciones en Humanidades, de la cual es Director Carlos Sánchez Silva, historiador y autor del ameno ensayo introductorio de esta nueva edición, a quien le pediremos permiso para reproducirlo en próxima entrada...

Sus dimensiones del tomo son: 33 cm de alto por 26 cm de ancho. 234 paginas interiores, impresas en blanco y negro sobre papel couché semimate de 150 gr.
La primera edición salió de los talleres Blake & Mackenzie, Cromolitógrafos e Impresores establecidos en  Liverpool, Inglaterra.
El excelente trabajo de medios tonos o fotografías se debió al taller de Frank Vaughan LTD, ubicada en el número 50 de Lord Street, también establecidos en Liverpool...

Southworth contrató para hacer ilustraciones que adornan sus páginas nada más ni nada menos que a Julio Ruelas, quien además hizo una portadilla muy a su estilo, un tanto gótica y otro tanto lúgubre, con acentos mesoamericanos. Ruelas también diseñaba por aquellas fechas la Revista Moderna, una publicación absolutamente vanguardista en cuanto a diseño gráfico y contenidos literarios. Southworth le da sus merecidos créditos al Maestro Ruelas.

Para poder conservar la gama de grises de las fotografías de la primera edición, y no teniendo ya posibilidad de trabajar con las fotos originales de míster Southworth, que ojalá estén guardadas en alguna Universidad norteamericana o inglesa (quizás en Liverpool misma), hicimos un doble proceso de fotografía de cada página y de esta forma perdimos solamente un mínimo de detalles, contrastes y grises.

Desde el punto de vista del diseño gráfico, sus últimas páginas, compuestas de puros anuncios, son un deleite de formas, tipografías, viñetas y conceptos.  
Hacer esta edición facsimilar nos dejó una imborrable sonrisa en el rostro, a todos los que participamos, empezando por mis encuadernadoras...




No hay comentarios:

Publicar un comentario